Pequeños paganos

Quiero proponer a los amigos del blog una cuestión que no tengo aún resuelta. Me ocurre algo que seguramente le ocurrirá muchos de Uds.: tengo un ahijado que está entrando en su adolescencia, y soy consciente del deber que poseo en cuanto a su formación cristiana, particularmente en esa edad tan sensible que marcará, probablemente, el resto de su vida. Sus padres son católicos, más o menos nominales, pero totalmente incorporados al mundo. Concurre a un colegio religioso, hizo su primera comunión y dentro de algunos meses recibirá la confirmación pero no va a misa los domingos, no creo que rece y, mucho menos, que conozca los principios básico del catecismo.

¿Qué hacer?, es la pregunta que me hago. Mi duda surge cuando considero la posibilidad de insistirle, por ejemplo, que vaya a misa los domingos o que se integre a algún grupo de jóvenes religiosos.

Pero -me digo-, ¿hasta qué punto es conveniente que se introduzca en la religión falsa que presentan las parroquias y los colegios religiosos de la actualidad? Él no está condiciones, por varios motivos, de discernir a qué misa ir y que es lo erróneo que le enseñan. Entonces, empujarlo hacia las instituciones que nos provee la iglesia de Bergoglio, o de Ñañez o de Arancibia, me produce un problema de conciencia. Es casi como empujarlo al error y más vale, entonces, que permanezca en una religiosidad natural.

La situación es análoga a la que se produciría si, por ejemplo, asumiera un gobierno clerical y se le ocurriera implantar la enseñanza religiosa en los colegios del Estado. Ciertamente, yo me opondría. Es mejor que los niños conserven, hasta donde puedan, los restos de religiosidad genuina que le transmite su madre y su abuela, a que lo destrocen los catecismos y la doctrina católica bergogliana. Dense una vueltita nomás por este sitio, y acordarán con lo que digo:http://www.pastoralfamiliar.org.ar/

A veces, pienso, entonces, que más conviene incentivar en mi ahijado en las buenas lecturas naturales, como Lewis, Tolkien y otros por el estilo; que mantenga durante su adolescencia ese estrato de religiosidad y buen sentido natural, y cuando sea más grande, se verá.

(En el Arcón, nuevos archivos)

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